5 dic 2011

Ese noble guerrero llamado Germán "Pipo" Cáceres.

Este sábado Atlético le ganó a Velez en Rafaela, fue el fin de semana inmediatamente posterior a la designación de Vélez como el tercer club del mundo, el fin de semana inmediatamente posterior al inicio de las operaciones en la bolsa porteña del equipo de Liniers, por otra parte también el fin de semana siguiente a la eliminación de Velez de la copa sudamericana por lo que Gareca optó porque viajen todos los titulares de un enorme plantel apenas con un par de bajas por lesión, ¿y Atlético?, bueno, que decir, de mínima apremiado, complicado y con su técnico en medio del fuego cruzado entre su propia labor como entrenador, las fuertes opiniones de un sector de la prensa y su reacción al respecto, todo esto derivó en una ensalada altamente condimentada. Es decir, el resultado aparecía tácitamente muy favorable para “el fortín”, varias bajas en la crema de Rafaela y los inconvenientes se multiplican y hasta se dijo que su entrenador estaba en la cuerda floja por más loca que parezca la idea, en eso, el DT tiene que armar el equipo, ¿y quien aparece entre los titulares?, Cáceres, "el Pipo" Cáceres.

El solo mencionar su nombre, apodo o apellido invitaba de mínima a sonreír, una sonrisa que se no nace desde el pensamiento de “¡cómo va a jugar Cáceres!” –hasta socarronamente- , y allí empezamos a recorrer caminos más pedregosos aún, apresurados e imprudentes, “si es muy lento”, “ellos ponen a Cantero y Atlético a Cáceres, no se puede creer”, “juega porque no hay otro”, “si no se puede mover”, “le falta jerarquía para la primera” y me incluyo en cada afirmación que por más que alguna pude no haberla dicho les puedo asegurar que las pensé, seguro las pensé.

Cada vez que alguien consultaba en algún lugar de Rafaela por el equipo de Atlético antes del partido la cuestión se volvía monotemática, “Cáceres y sus limitaciones”, "¿viste quién juega?, Cáceres, ¿quién?", uno de cada diez recordaba que venía de jugar bien por copa Argentina, pero acto seguido ese mismo también recordaba que el rival era de la “B” como para que no queden dudas que méritos del bueno de “Pipo” no sobraban.

Ese cambio que ponía el nombre de Cáceres entre los once para las 21:10 no dejaba de sonar, no dejaba de ser él tema. A una hora y media del partido aparece el plantel en el estadio, unos pocos dejan algunas opiniones para un par de micrófonos y último Pipo, como quien no quiere la cosa, como quien no está apurado ni enterado de lo que va a pasar en unos pocos minutos, y se queda charlando con todos y bromeando por unos quince minutos –o más- , es el Pipo de siempre, no se siente ni en el ojo de la tormenta, ni descalificado -por que lo es-, ni preocupado, se lo ve natural, y el partido llega.

Pita Pezzota y el tipo al que tan pocas fichas le jugamos muchos de nosotros estaba allí, ante todos los pronósticos, parado cerca del círculo central, con la autoridad desde la que llevó a este equipo a esta categoría, “Pipo” estaba allí, poniéndolo al borde del título de loco a Trullet por ponerlo. Se hace cargo del medio, pone el ritmo al que se debe jugar, anticipa una y otra vez, quita y juega y hasta casi llega al gol en un cabezazo que se fue alto, parece que la idea previa se revierte, Zapata le pega una patada tremenda a “Pipo” y Cantero es un espectador de lujo, es el mismo “Pipo” de siempre, el de antes de su operación de rodilla, el eje del equipo en el ascenso, el que no falta nunca, el respetuoso y medido, el disciplinado, es el que va a cada una a muerte, es el que hace jugar y libera a Juárez como en otros tiempos, es el que invita a los aplausos y a miradas que se encuentran como preguntándose “¿viste lo que hace Cáceres?”.

“Pipo” fue la figura de la cancha, fue bandera y ejemplo, fue mensaje, aquellos que lo veíamos tan mal estábamos muy equivocados, el tipo vive, el tipo está a la altura de la categoría porque Vélez es medida.

Son las 23:40 de un sábado que “Pipo” no olvidará jamás, dice ante varios micrófonos que vio con dolor a alguien que en la tele decía que “Atlético tiene apenas 11 jugadores, no tiene suplentes”, dice saber que estaba para jugar y no desentonar. Seguramente jugará hasta el fin de este 2011 porque se lo ganó, porque nadie le regaló nada, porque necesitó tiempo para recuperarse de aquella operación pero está de regreso más vivo que nunca.

No le sobra técnica, pero si nobleza, no le sobran condiciones pero si contracción al trabajo y seriedad para equipararlo todo, no le sobra nada pero navega en un mar de entrega y coraje, es Germán Ezequiel Cáceres,  nacido el 20/12/1978 en Paraná (ER) y nos da un mensaje, el de parar la pelota y esperar, si, esperar, hay gente buena y profesional que merece otra chance siempre y desde su corazón valiente y no darse por vencido ni aún vencido “EL PIPO CACERES” es uno de ellos. ¡Chapeaux Pipo, Chapeaux! 

4 dic 2011

Velez Sarsfield, de la seguridad al ridículo absoluto.


Velez Sarsfield estuvo en Rafaela donde enfrentó a Atletico en el marco del torneo más importante de fútbol que tiene nuestro país, como es habitual estuve cubriendo para Red Del Plata la estadía de quién actúa como visitante de Atlético, quiero contarles que he estado en otras concentraciones donde por ejemplo se encontraba Carlos Tevez dentro de un Boca poblado de estrellas de verdad pero nunca fui tan destratado como en la concentración de Velez.

El equipo de Liniers pasó por Rafaela intentando dar muestras de una notable organización en materia de seguridad y por el contrario quedó totalmente en ridículo ante los rafaelinos que pasaban frente al hotel de Bv. Lehmann donde se veía a jugadores que “solo” querían intimidad, pero raramente se sentaban junto a los ventanales como para exhibirse como un traje caro, pero que en este caso nadie se pondría, Fabián Cubero, Fernando Ortiz, Emiliano Papa, Sebastián Dominguez y hasta el “Turu” Flores se mostraban tras un ventanal que da a la vereda de una de las avenidas más transitadas de Rafaela. Cubero que leía un diario para ver si estaba en alguna foto –en la sección espectáculos-  solo levantó un par de veces la mano con cierto asco ante alguna señora que por conocerlo por su faceta más popular –“esposo de”- se acercó para golpearle el vidrio, Ortiz jamás miró para ninguna lado y Papa no dejaba de acomodarse intentando dar la espalda a la gente, que decir de Sebastián Dominguez, un jugador que no daba declaraciones antes del partido para no desconcentrarse, y la hora de entrar a la cancha regala un gol y pega una piña descalificadora, un impresentable desde donde se lo mire.

En medio de esta muestra de glamour altamente grasa un humilde periodista solicitando notas con el mayor respeto del mundo, pero en el sitio nadie relacionado a este aspecto apareció, porque quienes conducen el hotel inconscientemente caen en el mismo ridículo por someterse a los pedidos de estos señores y porque para saber de Velez este periodista solo pudo hablar con guardias de seguridad, ¿es justo que un patovica mandando desde su teléfono sin parar mensajes de textos y sin mirarnos a la cara nos diga… “no hay notas los jugadores están descansando”?, cuando en realidad lo único que pretendían era mostrarse por una vidriera, entiendo que no, y entiendo que esto no le hace bien a Velez institución.
Marcelo Barovero fue el único señor que se arrimó a la puerta para saber si me ofrecía algo, el resto, vedetismo, hermetismo y papelón.

Moraleja.
Los “seguridad” de Velez por orden de vaya a saber quién dejaron a todo el mundo fuera del hotel, porque las puertas estaban cerradas con llave por el Sr. Torres que imagino presagiaba -imagino-  un atentado contra el plantel de Futbol, ¿no merecíamos poder trabajar en el lobby del hotel al menos a manera de respeto de la tarea que íbamos a hacer?, no fuimos a obtener fotos con los jugadores, fuimos a trabajar, por eso entiendo se me faltó el respeto.

Quizás no sea esta ciudad la ideal para venir a “echar rostro” Velez, porque no sale en ningún diario, porque no hay compradores para tan buenos vendedores de humo, porque aún sosteniendo ese verso de la no molestia a Velez no le alcanzó para evitar tragarse el sapo de perder holgadamente en Rafaela, porque Cubero no la tocó, porque Sebastián Dominguez no pudo con su mediocridad y decidió irse expulsado por una agresión desde la impotencia de noche a su nivel –un horror-, y por sobre todo porque Velez terminó pegando patadas a Atlético de Rafaela sin encontrar la salida en una noche para el olvido, sensillo, con mentiras a otra parte.

A no confundir.
Esta crítica no está apuntada directamente al club de Liniers, pero si de manera indirecta porque Cubero, Domingues , Ortiz y Papa -una defensa a la que le pintaron la cara en esa noche- no son Velez pero alguien está permitiendo que crean serlo y eso no está bien. El Dr. Calello, que asume hoy, tendrá temas importantes para tratar pero debiera tener presente que cuando su equipo sale intenta mostrar la seguridad que el Barza para con Messi, pero con un inconveniente, Velez no es el Barza y muchos menos tiene a Messi.

Nota
La foto es solo ilustrativa