De la selección nuestra, ¿Qué decir?, ¿hasta cuándo marionetas en el banco de suplentes?, ¿hasta cuándo convocatorias infames?, se esperan respuestas inmediatas, Messi demostró no ser el culpable de todos los platos rotos y demostró que con él más un arquero en racha no alcanza, necesitamos un cambio o los fracasos seguirán encadenándose.
Quedará el adiós a Batista, un entrenador incapaz de llevar adelante la celeste y blanca, quedarán un par de estadios beneficiados con unos cuantos ladrillos extras en el reparto de monedas para el evento, queda la confirmación de que Tevez – Messi – Agüero es una fórmula que se debe desechar, el adiós y gracias enorme por los servicios prestados a Zanetti, quedará un campeón que no soñó con eso y un Brasil de actuación impropia de su historia, quedarán las trasmisiones televisivas, decenas de periodistas hablando desde lugares históricos del país con cara de asco y rogando volver pronto a la capital, otros haciendo el ridículo y Niembro arrastrándose detrás de alguien por adular –su fuerte en el periodismo- , esta vez fue alguno vinculado al equipo uruguayo quién empujó al ex funcionario menemista a magnificar una victoria que es tan justa como escasa. .
También quedará la olvidadiza letra del tema de Diego Torres que intentó ser la canción de la copa, queda la mascota impresentable que eligieron y hasta la pintoresca gira “de putas” que se mandaron los mejicanos antes de llegar, queda el himno no cantado por Messi y mal cantado por varios que dicen ser cantantes, se fue una copa que nadie recordará en poco tiempo por todo lo chata que fue y en la que solo se destacan la dignidad de los costarricenses y el mensaje de Bolivia y Venezuela pidiendo a gritos un respeto que se supieron ganar.
Qué bueno que terminó, que bueno que se fue, aunque no haya dejado nada de nada, no importa, solo importa que pasó y ahora marcha a un archivo que pronto la cubrirá de polvo, un DT que no dirigió, jugadores incapaces de responder, que aunque en su país se mostraron solo a través de los vidrios de los micros porque se sienten inalcanzables, aunque perdedores y poco dignos, jueces de bajo nivel y hasta uno con varios kilos de más, Amarilla, al que los asados Argentinos se le clavaron en los flotadores y le impidieron correr, ¡pobre!, no faltó nada, un fiasco, fue un torneo que hasta la gente dueña de casa le dio la espalda, un horror.
Pocas veces pensé estar cerrando una columna con una frase de “Don Julio”, pero me cae como desde el cielo, “todo pasa”, por suerte está copa ya es el pasado, por suerte para esto… “todo pasa”
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