
Hay que valorar estos tres puntos. Pudimos haber perdido. Nos regalamos muchas veces. Quedamos, como hacía rato no pasaba, mal parados en muchas contras del rival. Hay apuro, locura, no queda ni un lugarcito para la serenidad. Pido eso. Sólo eso. Serenidad. Hoy, es ser muy exigente. Pase al compañero. Hacia atrás. Pelota segura. Pido paciencia. Al equipo y a la gente. ¿Qué estaban pensando cuando puteaban a los jugadores? Es que estamos todos locos. Pero hay que pensar. No podemos jugarnos en contra. La gente bancó, bancó y bancó a lo largo de esta campaña, y ya no se banca más este sufrimiento. Pero ya que remaron tanto, no se manquen ahora. Hay que apoyar hasta el final. Y después de los partidos, si todavían quedan energías, ahí que cada uno haga catarsis como pueda. Si en la cancha somos todos Tanos Pasman será difícil que eso ayude a colaborar con la causa. Es mejor que seamos todos Ponzios, dejando la vida en la cancha postergando los dolores del cuerpo y del alma.
La presión es muy grande y el equipo la lleva como puede. Todo River hace lo que le sale. La gente también. No es momento de exigir alto, es hora de entender. De no jugar a la ruleta rusa, de no suicidarse. De no pelearnos entre nosotros. Calma y más calma.
River sacó tres puntos que mereció desde Corrientes, aquel baile en el que nos robaron la mina cuando prendían las luces. Esta vez remamos como condenados, pero se quedó con nosotros. Falta menos.
Leo Farinella, Olé
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