28 mar 2012

2011, un año para recordar.

Quiero compartir con ustedes una de las columnas que escribí para la nueva edición de la revista Pecho Palo Marea. La misma refleja un 2011 plagado de exitos para la ciudad, yo decidí resumirlo de esta manera y los invito a que podamos compartirla a continuación, Gracias!

2011 ha sido un año que quedará por siempre en el recuerdo de propios y extraños, de estos rafaelinos testigos directos de los logros conseguidos y aquellos memoriosos que aunque a la distancia no tuvieron otra que rendirse a los pies de la trascendental obra del fútbol de la ciudad.
Se trata de una cuestión innegable, la región con Rafaela como núcleo es un gran polo donde se edifican grandes proezas, solo grandes proezas, aunque pocas veces como en este año, conjugando en una institución un campeonato de la BN con su respectivo premio, y luego en primera división realizando una campaña notable más allá de los números. Siempre Rafaela trasciende por los hechos que protagonizan sus deportistas, sus futbolistas en el medio o en el contexto nacional y mundial, como sus basquetbolistas, sus tenistas, golfistas y tantos otros que muestran su talento en cada rincón del país y del globo.
Atlético se transformó en grande definitivamente, es que confluyeron muchos hechos para un final de película. Ese sueño cumplido de esta es uno de los ejes, el objetivo alcanzado es el que le permitió ponerse frente a la chance de revancha en el mayor de los escenarios de nuestro fútbol, el de transformarse en un club competitivo en todos los aspectos para luego ser de primera, pero ahora, pareciera que por mucho tiempo. Es el sueño de Atlético de Rafaela, un club que siempre soñó a lo grande, pero por grandes argumentos y grandes esfuerzos. La epopeya de “la crema” es inicio de muchos caminos, los que nos permiten transitar por la campaña inimitable de este equipo de un Trullet siempre vinculado a los grandes momentos de gloria del fútbol de la ciudad, como cuando en el rol de entrenador de Ben Hur también lo invitó a dar un salto de jerarquía como nunca antes y por ahora tampoco después a esa institución, siempre Trullet levantando un trofeo importante, siempre Carlos Trullet.
Esos caminos que nacen en el logro de Atlético también nos llevan a asistir al cambio en el perfil del hincha albiceleste, un simpatizante castigado por la A.F.A. y la televisión, dos monstruos que destruyen todo a su paso en pos de un solo objetivo, que el negocio crezca y crezca, cada día más y más, y ese sufrido hincha cremoso que debió atravesar algunas tempestades le pone el pecho y se presenta incondicionalmente un lunes a las 15:00, o un miércoles en a las 17:00hs  en un número de asistentes que asombra, solo porque también sintió la necesidad de postergar algo para poder crecer como hincha, como puntal de una campaña que posa al menos una de sus patas en ellos, los hinchas de Atlético.
No podemos dejar de transitar por el reconocimiento a quienes protagonizaron el éxito, a Guillermo Sara con un rendimiento que no garantizaría un consagrado de la categoría, y a Bovaglio con su aporte de jugador-caudillo, como a Carnielo y Zbrun como tantos otros jugadores de nuestro medio y una zona muy cercana que hoy entrega sus productos a la empresa que es Atletico en busca de quedarse en la máxima divisional, es decir, la ecuación no encierra secretos ni milagros, Atletico ascendió y realizó un notable apertura de primera división por tener un entrenador capaz y también exitoso, futbolistas con alto nivel de rendimiento y un dirigente maduro, capaz y ahora consagrado como lo es Carlos Eguiazu. Atlético en 2011 tocó el cielo con sus dos manos, y en el camino al éxito de mantenerse transita con paso sostenido.
El 2011 entregó una nueva decepción para los hinchas de 9 de Julio, otra más, es que el león perdió la categoría jugando el Argentino A y es una herida que aún sangra, aún duele y ese dolor se manifiesta en diferencias internas nada fácil de zanjar, pero es apenas una marca en un año generoso como ninguno para el fútbol de Rafaela.
Fue el año de la experiencia fallida de Quilmes en el TDI pero que como tal no deja de tener el premio al desafío de la búsqueda nuevos horizontes sabiendo que habrá cuestiones por fortalecer, como una senda futbolística con Schatler a la cabeza y otras por revisar como las fisuras en lo disciplinario mostrada en el cruce con Sanjustino.
Fue el gran año de Brown de San Vicente en el torneo liguista, el verde se quedó con todo porque el proceso se pensó así, nació bien y transitó por la vereda de una seria planificación y seguimiento, el profesor Zurbriggen supo ser capitán de un grupo que mostró juventud y experiencia, jugadores locales y de la zona que reforzaron en todo el sentido de la palabra a ese grupo que tocaba las puertas del éxito desde buen tiempo a esa parte, se le venía negando últimamente tan solo porque en el fútbol no siempre gana el mejor, fue Alejandro Zurbriggen el entrenador capaz de conducir un proceso con el impulso de una institución que tiene la madurez necesaria para todo logro y que cuenta con un potencial incalculable, que crece en la región a pasos agigantados desde sus emprendimientos reconocidos a nivel país, que se instala definitivamente en el rol protagónico del torneo nuestro, y agazapado espera porque una chance en los nacionales lo encuentre mejor aún, aunque este año por decisión propia no será.
Segatti fue el faro de una defensa muy solvente, además mostró en el siempre vigente flaco Ibarra Duarte un elemento vital, el equipo mostró solides con Leo Vera como el termómetro del equipo, el talento de Andrés Saavedra para conducir, sumados a Cristian Arias y su aporte de jugador pícaro, inteligente y desequilibrante junto a Olivera y su perfil de viejo  matador de las áreas. No le faltó nada a Brown, por eso hoy es el mejor de todos, aún por encima de un Atlético que luce sus mejores jóvenes figuras mezcladas con sus proyectos de futbolistas en plena explosión, porque Nano Clementz ha hecho un trabajo para campeón, un trabajo que mereció coronarse con un título que tan solo no alcanzó por un Brown contundente a la hora de la definición mano a mano.

Ben Hur cambió buenas y de las otras en su paso por el Argentino “B”, Adrián Gorostidi mostró el temple necesario para llevar adelante un proceso que por poco no alcanza algo mayor, luchó contra las limitaciones y claroscuros de un club que intenta hacer pie luego del naufragio. Para verlo salir de ese pozo hará que esperar, la tarea será compleja y todo hace pensar que el recuperar el terreno perdido en lo deportivo debiera venir luego del saneamiento institucional, queda un trabajo interesante de Gorostidi para recordar y muchos goles de “Cocó” Ledesma para no olvidar, y desde lo futbolístico, nada más. El ciclo de Olivares arrancó brillantemente con tres victorias en tres presentaciones, pero el juego se fue desdibujando como la imagen del entrenador, con el correr de los partidos el equipo cedió terreno y de líder se convirtió en equipo de media tabla, metió un nombre como Héctor Silva a la categoría pero su aporte al fútbol y al grupo fue escaso y un día dijo adiós  para ya no volver y dejando nada, nada de nada. El plantel cuenta con los recursos necesarios para aspirar a algo más, se trata de amalgamar y conducir seriamente y quizás se acerque a la meta.
El año 2011 volvió a encontrar a nuestras instituciones con fútbol con mucha actividad y emparentó a nuestros equipos con la gloria siempre, con algún tropiezo ineludible desde desaciertos repetidos también, pero el balance es largamente positivo, es que no fue un año más, 2011 es un año para recordar aunque se aprecia un crecimiento muy marcado desde la experiencia de algunos dirigentes y otros protagonistas que desde el inconformismo y la intención de crecer e ir por nuevas metas invitan a pensar en que tendremos un 2012 mejor, aún mejor.

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