8 ene 2013

Atletico de Rafaela 2013, la casa no está en orden.

Gabriel Carlucci junto a G Zenklusen y Damián Sudano, en tiempos del tridente dirigencial en acción (foto: diario Olé).

Es 8 de enero, momento propicio en el fútbol de cualquier categoría para realizar ajustes al plantel. De todas formas, comprar o vender algún jugador parecen ser cosas cada vez más utópicas para cualquiera, solo se aspira a prestar o que te presten y ver que pasa. Tal es el caso de Atlético de Rafaela, no vende, no compra, presta o le prestan. No le queda otra, ¿por qué?, sencillo, no vende porque no cuenta con algún producto que realmente seduzca y no compra o contrata porque la pulseada por ahora la gana el Dr. Tetamanti y su ya afamada frase "no gasten pichón", es el presidente del club, la pulseada la gana él y punto. Tetamanti quiere vender dos jugadores si o si, son Fontanini y Sara, pero no consigue a quién venderlos, ese es el tema, y no contrata (o volverá a contratar barato solo jugadores relleno de plantel) porque quiere un club saneado aunque se lo deba ver otra vez en la BN. En cambio ,la dirigencia del fútbol piensa de una manera definitivamente opuesta, "Atlético en primera a cualquier precio", así de divididas están las aguas, así de opuestos, así de partida está la relación. Si, porque más allá que lo desmientan la cosa está mal, y el núcleo del análisis de este momento del año debe estar allí.

La renuncia del Dr. Guillermo Zenklusen es un golpe bajo al mando del fútbol, "es que a Guillermo lo desgastaron, querían ver sangre, le rompían las bolas por pelotudeces todo el tiempo, hasta que renunció, una pena, perdemos un gran dirigente, alguien que le quitaba tiempo a lo suyo, alguien con buen poder adquisitivo para bancarse esto, hasta redactaba los contratos gratis, era un puntal", esto que me confió alguien del entorno del fútbol es lo que se cuenta por lo bajo todo el tiempo en Alberdi. “Guille se cansó de oír tenemos que tener el club saneado y no importa si es la B Nacional o más abajo” continúa esa fuente en su relato. Es que el presidente Tetamanti sostiene que puede conducir el fútbol del club junto con su hijo Horacio, Carlos Goyén y Gabriel Stoffel, es decir, sin Gabriel Carlucci, sin Zenklusen, es que solo pretende jugar con gente (jugadores) de la casa y sin gastar, ¿podrá hacerlo?, ¿lo cansarán a Carlucci también?, ¿eso es lo que quieren?.

Los otros días en la radio Carlucci respondió a la consulta de cómo se llevaba con el presidente del club tan solo diciendo "estoy siempre con la guillotina ahí", una metáfora que pinta con claridad el presente de este dirigente que fue capaz de armar lo mejor con poco dinero, escaso, que fue capaz de retener a Fontanini cuando Vélez lo reclutaba hace unos meses, fue capaz de tomar el fútbol de hoy para mañana después de una inactividad y no desentonar y es capaz de seguir adelante en un camino lleno de caras de culo todo el tiempo. El fútbol de Atlético está golpeado desde este punto, el de la conducción, es que los dirigentes del fútbol con Carlucci a la cabeza quieren defender esta chance única de permanecer y transformarse paso a paso en una potencia del interior, la cabeza del club dice estar de acuerdo con ese objetivo, pero no piensa lo mismo.

Me pregunto hasta qué punto está bien el analizar cuestiones vinculadas a lo deportivo hoy, quien va a jugar por acá o por allá, quien va a hacer esto o aquello, si el técnico habla o no habla con los medios, en verdad estoy convencido que lo preocupante de lo que viene está aquí, ¿es importante tener un gran delantero y goleador o el defensor más recio e implacable de todos en el contexto de una dirigencia fragmentada?, seguramente el pronóstico no es favorable aunque está claro que la pelota rodará, lo que está claro también es que no habrá pocos palos en el camino para que esto no ocurra con naturalidad.

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