5 oct 2008

Una "Maravilla": Sergio Martinez


Sergio Martínez le ganó por nocaut técnico en el octavo round al congoleño Bunema y se quedó con una porción del cetro superwelter de la CMB. En los próximos tres meses debe unificar ante Vernon Forrest.

Se le dio a Sergio Gabriel Martínez. Con las mismas armas que son marca registrada desde hace más de una década, cuando brillaba como amateur: notable cerebración, un par de puños como rayos y dos piernas que caminan el cuadrilátero tal como dicen los libros.

"Sé que no tengo mañana", declaró en la ronda de prensa previa. Y salió a pelear con todo. Así, Maravilla (44-1-1, 24 ko) le dio una magnífica paliza al congoleño Alex Bunema (30-6-2, 16 ko) hasta noquearlo técnicamente en ocho rounds y lograr la corona interina superwelter CMB.

El quilmeño (69,850 kilos) entró al ring del Pechanga Resort & Casino de la localidad californiana de Temecula con la misma tranquilidad que si fuera alguna de aquellas lejanas veladas aficionadas en Argentino de Quilmes. Maduro, a sus 33 años, asumió el control del cuadrilátero desde la campana inicial con su sólido trabajo largo que impuso respeto, tanto que hasta se dio el lujo de caminar con su guardia baja visteando los pocos golpes que lanzaba Bunema (69,230 kilos), que lucía un taparrabos digno de un episodio de Tarzán.

Cuando corría 1m30s del tercer asalto, Maravilla sorprendió a su rival abriendo el fuego con un doble directo izquierdo y dejó sentado a Bunema en la lona. El africano se paró sin muchos daños, pero tuvo que bancarse una dura andanada antes de la campana. En el siguiente Martínez siguió tatuándole la cara al nacido en Kinshasa hace 33 años con el directo diestro, dejando en claro por qué las casas de apuestas lo habían puesto arriba 4-1.

Así comenzaron a sumarse minutos de combate en los que el trámite se hizo tan monótono, por la falta de respuestas de Bunema (quien no hizo nada por demostrar por qué lo apodan El Técnico), como atractivo, por las diferentes combinaciones que desplegaba Martínez.
Antes del salir a la séptima vuelta, en el rincón le dijeron al bonaerense que su rival se caía solo. Y él salió a ponerle la puntilla como un torero. Ya no se contentó con tocar, sino que su trabajo de directos fue a pleno. Y sumó poderosos ganchos con los que logró conmover varias veces a su rival.

La tunda siguió en el siguiente, con la cabeza de Bunema siendo blanco perfecto de los golpes del argentino, generándole una corona de gotitas de agua al peinado de pequeñas trenzas que lucía el africano. El árbitro californiano Raúl Caíz se apiadó de la paliza y al llegar vacilante el congoleño al rincón, le avisó que paraba la pelea.

Así, al menos parcialmente, Maravilla se transformó en el 31° monarca mundial argentino, listado que inauguró Pascual Pérez en 1954. Martínez se une en la nómina a otros dos reyes de las 154 libras: Miguel Angel Castellini y Julio César Vásquez, quienes lucieron sendos cetros de la Asociación Mundial.

La lógica indica que en los próximos tres meses debería vérselas con el campeón en receso, el estadounidense Vernon Forrest. Ojalá no lo duerman un año y medio como pasó para esta chance.

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