14 may 2013

El fútbol de Unión de Sunchales está enfermo.

El domingo siete de abril jugaron en Sunchales Unión y 9 de Julio de Rafaela, fue en el marco del torneo Argentino "B", fecha decisiva ya que a 180 minutos del final ambos llegaban con chances de clasificación, y por sobre todo una victoria de Unión marcaría una tendencia, claro que una victoria del León de Rafaela generaría lo mismo para los de Soltermam y Asteggiano. Arbitraje de Sergio Rush para un partido que fue subiendo de temperatura hasta llegar al punto máximo, cuando el 9 ya lo ganaba por el gran remate de Del Bono desde el punto del penal luego de una clara falta para una expulsión que no fue de Moino sobre Andretich. El final llegó de la mano de los nervios y las tensiones, y todas generadas desde adentro por los hombres de camiseta verde que protestaron todo el tiempo buscando en el árbitro la excusa justa para tanta impotencia futbolística. Unión no pateó al arco, pero defendió ante cada pitazo del juez con uñas y dientes su partido como si se tratase de un trámite largamente favorable. Unión perdió en la cancha por paliza más allá de alguna llegada tibia como el espíritu de un grupo que se caía a pedazos.
Unión de Sunchales perdió en la cancha y afuera también, pero en la derrota de la línea de cal hacia afuera es donde radica la vergüenza dirigencial de una institución venida a menos, allí es donde la derrota se hace dura y despierta las miserias de un equipo cabizbajo, errante en el torneo, y lejos de las sorpresas, eliminado después. En la derrota fuera de la cancha Unión de Sunchales desnuda sus pecados de institución que pretende ser grande desde atributos de club chico. Un club que solo pretende crecer a las trompadas, quiere subir, equiparar lo que otras instituciones logran con sudor y seriedad.
Afuera de la cancha, un horror propio de las antiguas copas libertadores, zonas liberadas por incapaces, apretadas por parte de un grupo de hinchas oficiando de dirigentes, hasta que llegó lo peor, un grupo de salvajes (¿avalados por el dirigente Mireti?) agredieron a un grupo de allegados al plantel de 9 de Julio e integrantes del mismo, y acto seguido un integrante del cuerpo técnico del fútbol del Club Unión de Sunchales intentó agredirme físicamente por el solo hecho de que "cuando Unión va a Rafaela nos hacen de todo", esto dicho por quién intentó agredirme, Gonzalo Garetto, un profesor de educación física al que la institución le confía menores para educar, en realidad un barra al que Unión de la localidad de Sunchales le da el escenario para actuar y desplegar sus atributos de boxeador frustrado.
Que mal estás Union de la ciudad de Sunchales, que mal, tenes dentro el virus de los violentos, y lo avalas con un infame silencio, aún al día de hoy espero por un pedido de disculpas, por eso me tomé todo este tiempo para escribir sobre el tema, pero ahora se que las disculpas no llegarán, es simple, no hay grandeza como institución ni humildad en sus dirigentes, y más, la agresión salió de un club que alberga, cobija y protege a  violentos.  A las piñas no se gana más amigos, menos sobre periodistas que solo cuentan lo que ven de verdad, yo no cuento lo que quieren que cuente y lo saben, el perodismo no siempre responde a través de la presión ejercida por los fuertes sponsors sunchalenses, saben por que, porque todavía queda gente con vocación por la comunicación que decide no arrastrase detrás de una pauta publicitaria.
Un abrazo

Gabriel Santillan 

1 comentario:

Federico Calosso, Río Cuarto dijo...

Excelente tu columna, Gabriel, ojalá leyera a periodistas como vos en las supuestas columnas especializadas de Buenos Aires sobre fútbol, lamentablemente está muy degradado tu oficio por esa gente y el periodismo necesita un aire nuevo, un viento que sople llevándose todo lo que enferma al fútbol.