31 ago 2010

Don Ramón era del Necaxa


"el mismo flaco trompudo, llamado “lombriz a agua puerca” por doña Florinda, amaba la redonda y era hincha fanático del Necaxa"

- Por Edgardo Daniel Peretti

Llegan las noticias a cada rato. Son diferentes pero dicen lo mismo; el “Chavo”, uno de los tres más grandes artistas que considero genio del humor, está despidiendo el cuerpo que le dio vida. Roberto Gómez Bolaños, desde el largo tránsito de sus ochenta y pico pirulos está complicado; como diría alguien, pierde tres a cero, con dos menos y faltan cinco. Sólo un milagro. Pero estos no abundan en las líneas terminales de la biología humana.

No. Pero sí en la ilusión; Bolaños puede dar las hurras, pero el Chavo será inmortal, como el Gordo Curly de los Tres Chiflados o Carlitos Balá, el día que le toque.

Hace unos días, Carlos Villagrán, decidió que a los 66 años su personaje de Quico debía terminar. Le dio – ambos lo hicieron, en realidad- aire y fama durante casi cuarenta años y un día, en un programa de TV en Lima, el actor decidió que su traje de marinerito ya no sería carne y cachetes: ya es leyenda. O casi.

Y andando por esos pagos nuestros de la informática, me entero que el otro grande del grupo de la vecindad, don Ramón, era un fanático del fútbol. Si, el mismo flaco trompudo, llamado “lombriz a agua puerca” por doña Florinda, amaba la redonda y era hincha fanático del Necaxa. Ramón Valdez se murió de cáncer a los 64 años, allá por 1988; era un actor de raza y le gustaba la cuerina rodando por el verde césped. Curioso. En las series del Chavo, sólo sabíamos del América que aportaba banderines a las escenografías de entonces; eso y al personaje central pateando una de trapo al grito de “Gol de Borja!!!”.

Y todos nos preguntábamos quién era ese. En realidad era el personaje que el fútbol hacía internacional en la tele de aquellos años de gris y sueños de blanco y negro. Miralo a Don Ramón, lo que habrá sufrido y nosotros no sabíamos. Hoy, donde los años hacen de las suyas, las personas continúan con esa mala, aunque inalterable, costumbre de morirse y los personajes que marcaron huella se hacen eternos.

En realidad, el fútbol y la ficción de los sueños populares siempre van de la mano y en cada ilusión de pibe se comen a los malos para que queden los buenos, como el Chavo, como Don Ramón y hasta como el salame de Quico que decidió irse con la honra y la gloria. Pícaro el cachetudo, no quiere ser un bronce antes de ver su estatua aún vivito y coleando. Tranquilo muchachos, Don Ramón los espera en el sitio de donde sólo vuelven los que dejan huella, claro que con la camiseta del Necaxa, donde juega Gandín.

Por estos pagos, el inexorable y maldito reloj se encargará del resto.

Edgardo Daniel Peretti - (Padrino de este Blog)


1 comentario:

Pachi dijo...

El "Tronco" y "Gaby" dos potencias se saludan...
Hermoso texto que te mete en la infancia y te saca de una patada...
clap, clap, clap...