18 jun 2008

Riquelme, destruye mas de lo que crea?


Ante todo quiero decir que del que voy a hablar es un futbolista que me genera una profunda admiración dentro de un campo de juego, quisiera que sea el conductor de esta ilusión que tenemos los argentinos, volver a ganar, pero esto es algo que quizás el no tiene en sus planes

A Riquelme se lo involucra en una nueva interna, esta vez en la Selección Argentina, cuando faltan apenas horas para el partido más importante camino a Sudáfrica 2010. Tal como sucediera en la previa de la segunda semifinal entre Boca y Fluminense, cuando el mediocampista habría tenido un fuerte altercado con el arquero Pablo Migliore, el plantel arribó a Brasil y explotó la interna.En Boca había tenido sus problemas.alguna vez se enfrento con el mismisimo Mauricio Macri, a quien ridiculizó en un Superclásico con un reclamo económico expresado de forma original. Nacía por entonces el famoso Topo Giggio.En la escala jerárquica del club de la Ribera pasó por todos los niveles dejando la huella de su particular humor. Si bien no llegó a enfrentarlo directamente, cara a cara, luego de la caída ante el Milan en la final del Mundial de Clubes todos los rumores indicaban que Román había minimizado la figura del entrenador, Miguel Ángel Russo, y más: que él mismo estaba gestionando la llegada de un reemplazante. Alguien recuerda un partido en la bombonera con Riquelme en el banco dando ordenes que se anteponían con la que a escasos 3 metros daba Russo? Increíble pero real. En el segundo capítulo de la historia de halcones y palomas en Boca, una década después, Riquelme también jugó un importante rol. Su relación con Guillermo Barros Schelotto nunca fue óptima, al punto de que el mediocampista habría presionado -de ser así lo consiguió- para que el delantero no fuera de la partida en la Copa Intercontinental ante el Real Madrid, en 2000. Años después, la revancha tuvo un mismo vencedor. Quienes transitan a menudo los pasillos de la Bombonera aseguran que Riquelme no sólo fue el mentor de la partida de Barros Schelotto a los Estados Unidos, sino que además impidió que el Mellizo adelantara (en Boca mismo) su carrera como entrenador. Siempre se empeñó Román en trasladar al vestuario su liderazgo en la cancha. Una de las últimas en Boca ocurrió cuando Lucas Castromán acababa de arribar al club. No hubo muchas vueltas. Riquelme le recriminó a su nuevo compañero declaraciones de antaño y el conflicto, naturalmente, trascendió. Desde entonces, por una cosa o por otra, el ex Vélez apenas si pisó la cancha y hoy debe buscarse nuevo destino. "Este es un invento más que me ponen en el camino. Mañana dirán que estoy peleado con Javier (por Zanetti, quien estaba sentado a su lado)", dijo Riquelme ayer, cuando lo consultaron acerca de si tenía problemas con Lionel Messi. De a poco esa se va convirtiendo en la respuesta más escuchada.Todo comenzó cuando el presidente de la AFA, Julio Grondona, habría ingresado al vestuario tras el pobre empate entre Argentina y Ecuador y, en dirección de Messi, tiró: "Mirá que vos sos el dueño del equipo".Como la que tuvo lugar en Alemania 2006, cuando (otra vez) Riquelme se habría enfrentado al entonces indiscutido Hernán Crespo. No faltaron exagerados que dijeran que esa interna se trasladó a la cancha, donde era difícil encontrar una conexión entre ambos.Donde Román jamás pudo ocultar problemas extrafutbolísticos fue en su estancia en Villarreal. Pasado el período de prosperidad, llegaron las mediáticas peleas con el entrenador Manuel Pellegrini. Ese partido fue de los pocos (¿el único?) que el argentino perdió por goleada. Hoy, a horas del gran clásico del continente, el fútbol cede el lugar a los recelos de camarines. Y es Román otra vez el que enarbola la bandera de las divisiones, ahora, en un proceso que busca re encontrarnos con viejas y lejanas alegrías independientemente de que el objetivo con Basile a la cabeza aparece como "algo" distante.
Riquelme es un gran futbolista, a algunos les puede gustar a otros no, pero no se discute, ganador, eso tampoco se discute, aunque la condición de buena persona que todos parecemos ser, en Riquelme no parece no ser tema de debate, poner otra vez su nombre e intereses por sobre la camiseta que se pone, mas aún cuando los colores de la misma son celeste y blanco, no habla bien de un individuo en el rol de futbolista, ni mucho menos de la persona que el futbolista tiene adentro .

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