29 jun 2008

Sufrir hasta las lágrimas


Se salvó, es la noticia de este domingo en la tarde, y el dato anda de boca en boca por que pareciera que todos quieren que se salve, es raro, pero nos une algo, y en estos tiempos, no es poco.
En las lágrimas del “colorado” Sava se resumen cientos de momentos vividos y padecidos a lo largo de mucho tiempo, en el que Racing modificó su horizonte, definitivamente, su rumbo no está orientado hacia un pasar mejor desde lo futbolístico, poco se habla de las raíces de Racing institución, algo que nos permita saber que es de su vida social, si realmente existe o ya no, pero hay algo que está claro, es que su vida de histórico equipo del fútbol argentino le ha dejado lugar a la “politiquería” como eje de una cuestión, esa “politiquería” que no se quiere ver y que arrastra miles de hinchas rompiendo la “taquilla” cada vez que esa camiseta asoma desde algún túnel de algún estadio en nuestro país. Por que nadie lo quiere ver? Por que todos se niegan a ver? Será la pasión? Yo quiero decir basta a la pasión que enceguece a esos hinchas transformándolos en los peores ciegos, los que no quieren ver. Detrás de esta patética escena en una argentina que se niega a ver la realidad y decide crear una de fantasía, donde todo es color de rosa y donde muchos hinchas siguen a un equipo de fútbol en nombre de la tan mentado amor a “su cuadro”, como es el caso de Racing, se encuentran los futbolistas de la histórica “academia”, viviendo muy poco y sufriendo mucho, con algún “banderazo” de vez en cuando, como si ese afamado ritual de los tiempos modernos del fútbol le generara una caparazón a prueba de las miserias de una golpeada camiseta. Los jugadores no quieren quedarse allí, sufren, se preguntan que han hecho para tener que pagar tanto, y solo sueñan con huir despavoridos como el caso de Hilario Navarro, Marcos Cáceres, Roberto Bonet, Facundo Sava, Reinaldo Navia y Erwin Avalos, que se cuenta…dejarán “el naufrago”
Un poquito de historia, de la triste historia, para recordar, hubo dos gerenciadores: Fernando Marín y Fernando De Tomasso; ambos tuvieron en común a la gerenciadora Blanquiceleste (que parece haber llegado a su fin en el club) y a dieciséis entrenadores. Cada uno de ellos se encargó de despedir a algún técnico de renombre. En el caso de Marín, terminó con Reinaldo Merlo, el responsable del último título del equipo; en el de De Tomasso, la víctima fue Diego Simeone, a quien no se respaldó como hubiera merecido y se fue para, al campeonato siguiente, sacar campeón a Estudiantes de La Plata. Un poco mas de memoria? también hubo problemas en los pagos de sueldos y primas; los jugadores amenazaron con medidas y no faltaron los hinchas que quisieron amedrentar a los futbolistas. En las últimas semanas, el club quedó a la deriva, porque eso es lo que pasa cuando dos personas se quieren hacer cargo. En un entrenamiento apareció el interventor Héctor García Cuerva para mostrarse como responsable del club y un rato después se hizo presente De Tomasso para asumir la misma figura. Resultado: caos.Las lágrimas del “colorado” son el fiel testimonio de algo que físicamente casi no se palpa, solo se contacta desde lo emocional, desde las sensaciones que habitan en el futbol, la gente y el regreso de “Moralito” (gran titulo para un cuento de Sacheri) salvaron a Racing, aunque me atrevo a poner en duda el término “salvaron”, por que pareciera que el fantasma que amenaza con arrebatarle la categoría y la vida futbolística tan solo se alejó algo del centro de la tormenta para volver quizás con mayor fuerza en agosto próximo, donde se re lanza la competencia de la “elite” del fútbol argentino y donde los hinchas esperan no encontrarse cara a cara una vez mas con el “horror” del descenso.

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