Isidoro, alguien más que muere por todos nosotros.

"Un chorro drogado”, “un villero resentido” o un “delincuente profesional”, es decir UN MALPARIDO HIJO DE PUTA y una "salidera" de mierda hicieron que la noche llegue de repente y con ello el fin de una cadena de sueños compartidos.

No deja de provocarme un profundo asco oír como unos cuantos tipos, letrados en la mayoría de los casos, discuten por si fue un asesinato o un aborto doloso la muerte de una víctima más de esta quebrada sociedad, se trata de un niño que dentro del vientre de su madre esperaba por saltar a un mundo que seguramente imaginaba como un paraíso, por el solo hecho de poder conocer a esa mujer que le dio la vida y mucho mas, ese motivo bastaba para contar uno a uno los latidos dentro de su madre, como se acoplaban a los de esa mujer que también esperaba por conocerlo y cobijarlo.

"Un chorro drogado”, “un villero resentido” o un “delincuente profesional”, es decir UN MALPARIDO HIJO DE PUTA y una "salidera" de mierda hicieron que la noche llegue de repente y con ello el fin de una cadena de sueños compartidos, desde un inocente que quiere crecer, una madre que como Carolina quiere ejercer ese privilegio maravilloso o ese padre que como Juan Ignacio abriga anhelos a montones, todo terminó allí, en el mismo punto en el que nacen las miserias de los “letrados” que se empeñan por decir idioteces, ¿a alguien le quedan dudas de que Isidro era un niño, una vida, un ser humano?, parece que si, a algún juez corrupto, algún mandatario aterrorizado de tener que pagar el "costo político", como es el caso de CFK, la que no se expresó sobre el tema ni desde su condición de madre consternada, pobre mina, y que esperar del payaso que se encuentra a su derecha, el que se quedo atrincherado en el sur cuando lo de los 194 MUERTOS EN REPUBLICA DE CROMAÑON, si esto es 194 veces menor, ¿Qué esperar?.

Entre los gobernantes lavándose las manos, un patotero de palo, bombo y choripán sosteniendo que se trata de una “sensación de inseguridad”, una familia destrozada más y otras que vendrán seguiremos caminando a través de una patria ultrajada a cada paso, vejada desde la zona liberada que proponen los conductores y la cómplice mirada de una justicia que hace mucho negoció la venda que llevaba en sus ojos, no hay que entregarse, por las generaciones que vienen, por más “Isidoros”, pero con VIDA, sigamos luchando y haciéndole frente no callando nada a esta profunda desprotección de esta patria con fuerte olor a putrefacción que se cobró LA VIDA de otro ARGENTINO mas (y van…).